12 septiembre 2024
Catalina García y Silvana Zanlungo fueron invitadas a la sede de Antofagasta de la Universidad Católica del Norte para compartir sus experiencias y reflexiones en materia de gestión de la convivencia, equidad de género, diversidad e inclusión a los que alude el criterio N°7 de la CNA.
El miércoles 28 de agosto, en dependencias de la Universidad Católica del Norte sede Antofagasta, se llevó a cabo el Seminario Reflexiones para las universidades en torno al criterio N°7 de acreditación, actividad que tuvo como objetivo debatir los desafíos y oportunidades en la promoción de la inclusión y la equidad de género en las universidades chilenas, en el contexto del cumplimiento del séptimo criterio establecido por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA).
En la instancia Catalina García y Silvana Zanlungo, directoras de Inclusión y de Equidad de Género, respectivamente, expusieron el marco normativo vigente en educación superior en Chile, resaltando la responsabilidad que le compete a las instituciones de educación superior propiciar espacios de colaboración y pertenencia, los que aportan a una sana convivencia y ello, al desarrollo individual y grupal; distinguir inequidades e intentar disminuirlas; y también en la promoción de la diversidad ya que desafía la docencia, enriquece el aprendizaje, transforma a la institución y forma mejores profesionales.
Posteriormente, Zanlungo explicó la importancia de considerar el marco normativo de cada universidad, “ya que es en gran parte su identidad y su camino recorrido”. De esta forma, se enumeraron una serie de documentos que dan forma al marco normativo al interior de la UC: Declaración de Principios; el Código de Honor; la instauración de la Comisión Mujer y Academia II, que dio paso a la creación de la Dirección de Equidad de Género; la Política de formación, prevención y apoyo en materias de violencia sexual, violencia y discriminación de género; la Política de Convivencia; y la recientemente actualizada Política de Inclusión UC.
Continuaron abordando experiencias inclusivas instauradas a nivel institucional como vías de equidad y admisión inclusiva; y el trabajo realizado en temas de trayectorias diferenciadas para lograr la equivalencia en el proceso de enseñanza-aprendizaje, práctica de lo aprendido y en la evaluación de conocimientos. En relación a equidad de género, el aumento de la participación de mujeres en la planta académica y el apoyo a sus trayectorias y la retención de talentos a través de programas como las mentorías. Así también el realizar procesos equitativos en la selección y contratación de académicos y académicas, con las orientaciones entregadas en una Guía para el reclutamiento y selección de docentes de la planta ordinaria y especial.
Que la inclusión forme parte de los objetivos de la CNA es positivo a juicio de García, ya que la universidad es, precisamente, un espacio para formar ciudadanos. “Se trata de un criterio nuevo, que es difícil no solo porque sea nuevo, sino porque es difícil de abordar, pero creo que es muy positivo que en las universidades lo podamos discutir y, en ese sentido, valoro mucho la invitación de la UCN a conversar este tema, porque todas las universidades tenemos preguntas también al respecto o tenemos alguna experiencia trabajándolo, ha sido un tema de preocupación previo a que estuviese puesto en los criterios de la CNA”, dice Catalina García.
“Se trata de un criterio nuevo, que es difícil no solo porque sea nuevo, sino porque es difícil de abordar, pero creo que es muy positivo que en las universidades lo podamos discutir y, en ese sentido, valoro mucho la invitación de la UCN a conversar este tema, porque todas las universidades tenemos preguntas también al respecto o tenemos alguna experiencia trabajándolo, ha sido un tema de preocupación previo a que estuviese puesto en los criterios de la CNA”, dice Catalina García.
Zanlungo, por su parte, enfatizó que “avanzar en equidad de género requiere trabajo, estudios, políticas y programas, seguimiento y una mejora continua que lleven a cambios culturales que involucren a toda la comunidad”. Mientras que, incorporar temas de género en ámbitos para evaluar la calidad de una institución educativa, “por un lado eleva su relevancia en la educación superior y el desarrollo integral de su comunidad y, por otro lado, abre espacios para reflexionar de los avances en estos temas en cada institución, realizar análisis y seguimiento a las políticas y programas implementados, como también de los desafíos para seguir mejorando”.
Finalmente, las directoras plantearon una serie de desafíos asociados a la articulación entre las distintas unidades de la Universidad que trabajan en estas temáticas, como Ombuds, Dirección de Personas, la Unidad de Apoyo y Prevención UVG, las Direcciones de Inclusión y de Equidad de Género, la transversalidad y el seguimiento de las acciones y programas, para poder realizar mejoras continuamente.