20 diciembre 2023
La actividad, organizada por el Programa PIANE, contempló una serie de talleres y un conversatorio en el que tres estudiantes compartieron sus experiencias, dificultades, logros y desafíos en su tránsito por la educación superior.
El 3 de diciembre conmemoramos el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y, en ese contexto, se desarrollaron una serie de actividades organizadas por el Programa para la Inclusión de Alumnos con Necesidades Especiales (PIANE). El objetivo de esta instancia fue abrir un espacio de reflexión respecto de los desafíos que implica transitar la educación superior desde alguna de las variadas discapacidades que existen, haciendo parte a cada uno de los integrantes de la comunidad y, de esta forma, contribuir en la construcción de una UC más inclusiva y amable para quienes presentan alguna discapacidad.
Para ello, se desarrollaron talleres de acercamiento al lenguaje de señas y al sistema Braille, sobre cómo asistir a personas con discapacidad visual y en el manejo de silla de ruedas, para finalizar con un espacio de conversación que contó con la participación de estudiantes que forman parte de PIANE, además de autoridades de la Dirección de Inclusión.
Andrea Vásquez, coordinadora de PIANE, explicó que este programa ha desarrollado un modelo de atención integral para el acompañamiento de estudiantes con discapacidad, centrado en la trayectoria curricular y particularidades de cada caso y, a partir de ello, idear una estrategia de acompañamiento académico y desarrollo de habilidades para la vida universitaria, que permita priorizar su carga académica, junto con implementar adecuaciones curriculares y servicios de apoyo.
Este modelo se enmarca, a su vez, en la Política actualizada de Inclusión UC, documento presentado este año y que pone un especial énfasis en los miembros de la comunidad UC que presentan alguna discapacidad y también se centra en la comunidad en su conjunto para hacer de éste un ambiente más acogedor e integrador. El objetivo, señala Vásquez, es que “nos sintamos parte de lo que hay que hacer”, sin ir en desmedro de la autonomía propia de cada persona.
“La invitación es a naturalizar la discapacidad y a que nos vinculemos. Creo que ahí están los principales desafíos, en seguir avanzando y saber que yo, mi compañero, el de más allá, tiene algo que hacer respecto de la acogida y de la participación de todas las personas, independiente de cuáles sean sus características”, enfatiza.
Raimundo es usuario de silla de ruedas y en esta última etapa de sus estudios de Psicología, haciendo un balance de todo lo vivido, afirmó que ha sido un periodo de mucho aprendizaje. “Me siento muy afortunado de estar en este espacio universitario y académico porque aquí uno aprende mucho más que una materia, ramo o contenido específico. Uno aprende y se vincula con muchos contextos y eso, para mí, es tanto o más valioso que una carrera universitaria”, señala.
Agrega que en su caso ha sido una trayectoria “muy fructífera, muy positiva, llena de múltiples desafíos, de mucha exigencia y momentos complejos también, como todos. Pero, en términos generales, ha sido un paso que me ha dejado muy conforme”.
Natalia, por su parte, es una persona sorda y cursa tercer año de Pedagogía en Educación Física y Salud. Ha debido sobrellevar su vida universitaria con una discapacidad que es invisible para muchos, pero que, a pesar de eso, ha encontrado un apoyo importante en la comunidad UC. “En el ámbito social, me he dado cuenta que mis compañeros se han interesado en aprender lengua de señas. Es genial ver el acercamiento que hay, el compartir es importante. El proceso sí ha sido difícil, algunos cursos han sido difíciles para mí porque debo prestar atención al intérprete mientras el PPT va avanzando. Pero, en general, el relacionamiento y comunicación con mis compañeros y profesores ha sido buena. Me emociona ver este avance, el interés que existe por prestar apoyo, me preguntan si tengo dudas, me invitan a actividades, eso ha sido muy bueno”.
“Ha sido un camino difícil pero también he tenido instancias muy buenas, pero creo que todo es parte de la vida universitaria y creo que hay que aprovecharla al máximo. Es un momento único en la vida, que marca un antes y un después en la vida de una persona que quiere salir adelante, sacar su profesión y, para mí, de verdad es un privilegio poder estar aquí y quiero sacarle el mayor provecho”, afirma Sergio Ñiripil, estudiante de segundo año de Derecho, con discapacidad visual.
Los tres estudiantes afirman que, si bien PIANE es un programa que les entrega apoyos cuando los han requerido, adhieren a este diagnóstico que plantea la Dirección de Inclusión por cuanto es fundamental avanzar hacia cambios culturales mucho más profundos. En el caso de Natalia, por ejemplo, la barrera es casi idiomática. Es por eso que ella es una ferviente promotora de la difusión de la lengua de señas: “Ojalá, en un futuro no muy lejano, todos y todas puedan aprender lengua de señas. Y también que las personas no tengan miedo de acercarse a preguntar si necesitamos apoyo, pero que no sientan lástima por nosotros, ya que ayudarnos no significa que no podamos”, enfatiza. Dice también que es fundamental que las actividades, ya sean seminarios o de camaradería, cuenten con intérprete de lengua de señas, ya que “esta es una barrera para mí. A veces quisiera participar en actividades académicas, online o presencial, pero no cuenta con intérprete. Estas actividades me dejan fuera básicamente por esto, porque no entiendo, no escucho. Ojalá podamos avanzar en esta materia”.
Para Sergio, en tanto, la discapacidad “es algo natural, las personas con discapacidad siempre han existido sólo que hoy las visibilizamos más y también nos hemos dado cuenta de la amplitud, tanto a los que se refiere a discapacidades motrices, intelectuales o auditivas. Espero que este ya no sea un tema debatible, sino que seamos uno más de la comunidad, partícipes de todo lo que significa la vida cotidiana y en sociedad que, finalmente, construimos todos”.
En esa misma línea, Andrea afirma que la clave está en naturalizar la discapacidad. “No es que estas cosas vayan a dejar de existir. Es importante que sea natural convivir con todas esas cosas que nos hacen distintos y distintas, sea lo que sea y desde ahí, pensar como sociedad, por ejemplo, en servicios que sean para todos y todas, en instancias de formación, en cualquier actividad, ese es el foco”, afirma.
Raimundo, en tanto, hizo un llamado a reflexionar en torno a lo que puede hacer cada uno para avanzar en inclusión para personas con discapacidad. “Por ejemplo, si aprendió que no se dice inválido ni capacidades diferentes y empezamos a hablar de persona en situación de discapacidad o personas con discapacidad. O si comprendemos que en la calle no nos podemos acercar de forma invasiva a una persona con discapacidad visual o entendemos que las personas sordas no son mudas necesariamente. Si empezamos a pensar en esa lógica, les prometo que mitad del trabajo está hecho”, sentencia.